La buena suerte acompaño a Hitler durante toda su vida. Ejemplo de ello
es las múltiples veces que sus opositores intentaron asesinarlo pero
también en otros momentos donde simplemente la fortuna estuvo de su
lado, como por ejemplo cuando su escuadra fue bombardeada en la Primera
Guerra Mundial y él salvó la vida porque justo salió de la trinchera en la que se encontraba momentos
antes de que cayera un obús en ese mismo lugar.O en otra ocasión en la
que estuvo a punto de ser abatido por un francotirador que acabó
apiadándose de él porque estaba herido. 
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